martes, 1 de enero de 2013

Las lágrimas nunca han logrado resolver nada...



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Se ha ido un ciclo más y con él se fue tu tierno "Te amo", se fueron tus caricias torpes pero constantes, se fue tu indecisión constante y tu cambio diario, se fue esa boca callada y fanatismo total, se fue ese tiempo juntos en el que soñamos.

He tenido días difíciles, días complicados, oscuros, tristes, llenos de lágrimas, de rencor, de frustración, he tenido días llenos de soledad, de sabor a ausencia desde que te fuiste, y no encuentro nada que cambie esos días. 

Porque hay un mundo lleno de maravillas allá afuera, pero me niego a vivirlas si no es a tu lado, me niego a disfrutar del cielo azul, de encontrarle forma a las nubes, me niego a disfrutar del sabor del helado, del aroma de las flores, sino es tomado de tu mano.

Al irte me dejaste confundido, esperando, con las manos abiertas y el corazón sangrando, te negaste a extrañar, a suspirar, te negaste a ser presa del luto de una relación muerta, quemaste el libro sin terminar el final.

En medio del desconcierto sigo atragantandome con el recuerdo, sigo intoxicando mi mente con tus ojos de café oscuro que me recuerdan la noche que acompaña tu ausencia, te sigo viendo en mis sueños, tan clara, tan firme, tan segura como el momento en que dijiste adiós.

No es justo que el pasado me atormente, pero es la única manera de conservarte, el recuerdo que me mata lentamente, pero es la única manera de seguir teniéndote  Ese dulce veneno que son tus labios, ese dulce recuerdo que me mata entre sueños. 

Tuviste un día un sueño, yo me dormí con tus besos, ahora tu estas despierta, mientras yo sigo durmiendo, muriendo con tu recuerdo...


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