Esto es un grito de amor, aquí dejare mi alma y mis razones, y también la falta de ellas. Necesito terminar esta plegaria escrita para saciar y mis deseos desesperados de escribirte, solo por un momento, para soltarte o sostenerte con mis manos siempre temblorosas, pero siempre fieles.
Escribo con miedo desbordante y nervios aplastantes, te escribo porque aparte de besar, escribir es una de mis maneras de hacerte saber lo que siento, aunque sin el coraje suficiente, he venido a dejarlo aquí.
En una noche de lunes, con sabor a aventura, lunes, día de la luna.
Necesito que te enamores de mi porque el viento, los árboles, las comas, el café, el aroma de las flores, la voz que urge súplicas, la botella medio vacía, porque sí.
Necesito perder la cordura por ti porque las hojas llenas de garabatos, la piel suplicante, la fría mañana, la música, los libros para colorear, porque se me agrietan las manos y la boca por todo lo que ansío escribirte, decirte, besarte.
Enamórate de mí porque si pierdo la batalla, prometo retirarme, quemar los recuerdos, porque soltarte lo haría suavemente, y sin destiempos, despacito, poco a poco, sin parar, porque prometo arriesgarme y siempre sonreír en días lluviosos; porque el otoño viene con más fuerza que la última vez; porque no quiero asfixiar toda la música en una sola canción, ni hincharme de pavor y angustia que me dicte redactar tu abandono o le mío porque nunca te pude.
Mujer, los tiempos no siempre se aproximan, ni se entienden, tal vez ni siquiera se sienten, solo muere uno siempre en el otro, porque los tiempos son solo calladas voces testigos de tragedias. Mujer, sé mía, aprende a fundirte con mis manos temblorosas y mi sensatez al hablar de nosotros. Entiende que cuando te hablo de amor me muerdo la lengua, los sesos, las entrañas, me tropiezo y no vuelo, se me caen las alas, gateo, lloro, pataleo, porque no tengo de otra.
Mujer con la piel de durazno, si alguna noche piensas en mí, recuerda que nos debemos tantas sonrisas, tantos recuerdos y recuerda que mi calor no cambia. Si alguna vez piensas en mí, debes saber que te besaría suave y para adentro, que te tomaría de la cintura, que mis manos recorrerían tu pelo desde la nuca hasta tu espalda, que te tomaría por las espalda y convenciéndote en cada rincón de tu alma, el profundo amor que te tengo.
Enamórate de mí porque hay personas que nacen para estar juntas, aunque sea una vez en la historia.
Enamórate de mi....PeachLove ...
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